
Del 16 al 23 de noviembre, Montería se convirtió en un hogar para decenas de jóvenes lasallistas que participaron en la Escuela de Formación de Liderazgo Juvenil (ESFORLIJ) Nacional 2025, un espacio pensado para cultivar líderes capaces de transformar su realidad desde la fraternidad, el servicio y la espiritualidad.
Durante esta semana, los participantes vivieron un proceso integral que combinó formación humana, académica y pastoral. Se desarrollaron módulos guiados por Hermanos que, con generosidad y cercanía, compartieron su experiencia de vida y su comprensión del liderazgo lasallista. Los temas abordados fueron: pensamiento político, espiritualidad y trabajo pastoral, permitieron a los jóvenes reflexionar sobre su papel en la sociedad y fortalecer las herramientas necesarias para liderar con sentido y propósito.
A esto se sumaron diversos talleres construidos a partir de las necesidades expresadas por los mismos jóvenes. Espacios como proyecto vocacional, manejo de emociones y discernimiento personal se convirtieron en momentos clave para profundizar en la propia identidad y comprender la importancia de formarse como líderes al servicio de los demás.
Uno de los momentos más significativos de esta experiencia fue el Servicio Apostólico Lasallista (SAL). Los jóvenes visitaron tres sectores rurales de la región, donde fueron recibidos con afecto por las comunidades locales. Allí, más que realizar una actividad concreta, vivieron un encuentro real con las personas: caminaron junto a ellas, escucharon sus historias, compartieron su cotidianidad y reflexionaron sobre la misión lasallista en contextos de frontera. Este acercamiento dejó en cada participante una huella profunda, recordándoles que el liderazgo se vive desde la empatía, la cercanía y el compromiso con la dignidad humana.
La ESFORLIJ Nacional 2025 fue, para muchos, una experiencia transformadora. No solo ofreció conocimientos y herramientas, sino que abrió caminos de discernimiento, renovó la esperanza y fortaleció la convicción de que la misión lasallista continúa viva en cada joven que decide servir con alegría y mirar la realidad con los ojos del corazón.
Una escuela que forma, una comunidad que acompaña y una experiencia que inspira a seguir construyendo un mundo más humano, fraterno y lleno de luz.

































































